Carne para pocos

Por Marcelo Ballardini
Fuente: Fundación Bases

En los últimos tiempos, desde hace un par de años, se han sucedido una serie de medidas, planes o programas por parte del Gobierno Nacional que llevan en su título el ya famoso “… para todos”. Se destacan entre los que más repercusión han tenido el “Futbol Para Todos”, resultado de una lucha de intereses entre distintos grupos de poder, o programas como los acuerdos de precios con representantes de ciertos sectores, “Milanesas Para Todos”, o “Pescado para Todos”, los cuales surgen con la intención del alivio sintomático y parcial de enfermedades profundas que posee nuestra economía y que no se tiene la decisión política de enfrentar.

En medio de rumores permanentes en relación a anuncios de nuevos programas con distintos productos, uno de los últimos en ser anunciados fue, hacia fines de Marzo, “Carne Para Todos”. Este programa básicamente consta de un camión acondicionado para funcionar como una carnicería móvil, el cual comercializa el producto a precios entre un 30% y un 40% más bajos de lo que se consiguen en los negocios de los barrios.

Si bien la mayoría de estos planes ni siquiera logran el efecto publicitario con el que son concebidos, es particularmente llamativo lo que sucede con el programa “Carne Para Todos”. Un artículo periodístico publicado en el diario La Nación del día 21 de Mayo, reza en su titulo “Camiones Falsos en Carne para Todos”. Este artículo habla de cómo el programa anunciado con bombos y platillos solo cuenta con un camión operando, el cual modifica su ruta todos los días para visitar distintos barrios del conurbano, ya no hablemos del resto de los argentinos que no viven en el conurbano. ¿No era “Carne para todos”?, parece que el resto de los habitantes del país no somos argentinos.

En estos detalles se evidencia la falta de diseño y los problemas de implementación que sufren estos programas, y hasta su inviabilidad. Dice el artículo citando al ideólogo, y empresario del sector, que “solo lo hará si se lo piden” hablando de incrementar la cantidad de camiones que recorrerían los barrios. Parece que el retorno que se logra no es suficiente para tener incentivos a servir a este mercado. Según palabras del vicepresidente de la Corporación Argentina de Productores con una ganancia de “20 centavos por kilo” salimos empatados. Este señor sigue diciendo que «Se nos fue de las manos la cantidad de gente que va”, lo cual es una muestra clara de que este es un mercado que está mal servido, y en el cual la manipulación de los precios actúa fijando un precio máximo, es decir uno que está por debajo del de mercado provocando un exceso de demanda, en términos económicos.

A partir de esta situación en la que se encuentra el mercado de la carne en nuestro país, y de las dificultades que se muestran en la implementación de estos programas no es de extrañar que surjan casos como los que señala el artículo. Desde la implementación del Programa “Carne para todos” se han constatado tres casos en los que salen por los barrios a vender carne camiones truchos, los cuales no tienen ningún tipo de contacto con los organizadores del programa y que falsificando la estética del camión original circulan por el conurbano vendiendo mercadería a un precio por encima de los fijados por el programa, en algunos casos llegando a duplicarlos. Esto ilustra otro de los aportes clásicos de la economía ante situaciones de fijación de precios máximos, y éste es la aparición de “mercados negros” los cuales tratan de pasar por alto la fijación de precios o el esquema de racionamiento de los productos.

Si bien estos conceptos no parecerían ser aplicables al caso ya que no existe oficialmente un precio máximo y único para todo el mercado a nivel nacional, y por consiguiente un esquema de racionamiento de los productos del sector de la carne, las intervenciones sobre este mercado como pueden ser los acuerdos de precios, o estos programas “… para todos” lo único que generan son problemas de coordinación en cada uno de estos mercados para los que se diseñan, dificultando así su normal desenvolvimiento generando los inconvenientes previamente mencionados, y además afectando al resto de las actividades económicas.

Una posible solución al problema de los altos precios de la carne en nuestro país sería desarrollar una política a nivel nacional, que cuente con la participación de todos los integrantes de la cadena de valor que dé como resultado el incremento de la producción de estos bienes. Toda “solución” que pretenda actuar sobre los precios solo logrará que se reduzca el stock ganadero, como está sucediendo en estos momentos, ya que según estimaciones de la Federación Agraria Argentina para el ciclo 2009/2010 estábamos en alrededor de 48 millones de cabeza de ganado, el nivel más bajo desde 1964. No hay que dejar de lado las enseñanzas de la economía, por más difíciles de aceptar que sean. Los mercados siempre ajustan, si no es por precio es por cantidad.

Las opiniones expresadas en artículos publicados en www.fundacionbases.org no son necesariamente las de la Fundación Internacional Bases

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